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Familia Torres llevará los algoritmos al viñedo como parte de un proyecto para mecanizar el campo español
Sobre pan, pan y vino… tecnología de punta. “Con un buen algoritmo de previsión se pueden mejorar las previsiones de vendimia y realizar mejor la planificación de compra de uva y de entrada en bodega”, concluye Mireia Torres. Este ejecutivo, director de Innovación y Conocimiento de la empresa vitivinícola Familia Torres, es una de las partes implicadas en el proyecto AgrarIA, un consorcio de 24 empresas financiado por el Ministerio de Economía y Transformación Digital con casi 10 millones de euros para explorar nuevos métodos de la producción agrícola para que el campo español sea más tecnológico y sostenible.
Cada uno lo está haciendo desde su propiedad: empresas de ingeniería, biotecnología y tecnología como Hispatec, el grupo PharmaMar o GMV (liderando el proyecto) que están explorando la parte técnica; socios institucionales como el CSIC o las Universidades de Salamanca y Sevilla, que dan apoyo académico; Comerciantes como Casa Ametller, Kivnon Logística o PrimaFrio que trabajan a la llegada al consumidor; y empresas manufactureras como Florette y Familia Torres con pruebas de campo. O en este último caso en un viñedo.
La inteligencia artificial, aseguran desde esta empresa, puede ayudar a predecir la cantidad de uva que llegará a la bodega. “Al proporcionar datos históricos de producción de numerosas parcelas y al procesar imágenes históricas de Copernicus [procedentes de satélites]además de imágenes comerciales de muy alta resolución, es posible analizar el comportamiento pasado de los viñedos y su estado actual y predecir su comportamiento a través de soluciones basadas en machine learning”, especifica torres.
Es decir, el grupo que está recopilando información antigua estas semanas implementará un algoritmo que les ayudará, entre otras cosas, a controlar la producción o gestionar la compra de uva.
Pero más allá de este proyecto, la empresa está mirando con el rabillo del ojo otras tecnologías que podrían ser fundamentales para sus operaciones. De hecho, sólo el año pasado, Familia Torres invirtió alrededor de 900.000 euros en investigación y desarrollo (I+D), un área que investiga inventos como la cobótica [robots que colaboran con el humano] o que tenga en cuenta todas las posibilidades que los satélites o drones en el cielo, los sensores de humedad y temperatura en el suelo, o las cámaras de monitorización del estado fenológico pueden aportar a un cultivo. Y lo mismo con los algoritmos que acc torrestambién se puede utilizar para mejorar la previsión de mantenimiento de máquinas, optimizar la ruta de distribución y mejorar la eficiencia energética o la toma de decisiones en riego por goteo.
cambio climático
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“Desde 2008 estamos muy concienciados con el cambio climático y todos los proyectos [del estilo de AgrarIA] en las que participamos nos ayudaron a encontrar soluciones que permitan una producción de vino más eficiente”, reflexiona el responsable de innovación. Con Cenit Deméter, el primer gran consorcio del sector vitivinícola español, estudiaron los efectos del cambio climático; con Innovine, una iniciativa en el que participaron socios europeos, trabajaron para adaptar sus métodos a la conciencia medioambiental y con Globalviti, proyecto financiado por el CDTI con casi 9 millones de euros, buscaron fórmulas para mejorar la producción de vino en el contexto del cambio climático.
De cara al futuro, esta política de una empresa con 9 bodegas en España, otras 2 en Chile y California, ventas en 100 países y una plantilla global de 1.200 empleados solo ve la digitalización. Esto muestra su respuesta a la pregunta de qué activos tiene en el horizonte a nivel tecnológico, operativo o en términos de ampliar sus capacidades: “Implementar aún más la digitalización en todos nuestros viñedos”, concluye. torres.