Cuando se trata de innovación tecnológica, el mundo académico no debe quedarse atrás. En este caso, el auge de la inteligencia artificial llegó al laboratorio del Instituto de Investigaciones en Señales, Sistemas e Inteligencia Computacional SINC(i) de la Universidad Nacional del Litoral y CONICET, donde un grupo de científicos logró identificar coincidencias entre procesos fisiológicos y percepción. , que tendría lugar en los Trastornos del Espectro Autista (TEA), gracias a una investigación realizada utilizando una red de neuronas artificiales.
Este tipo de redes artificiales son modelos informáticos que simulan el funcionamiento de las sinapsis neuronales en el cerebro mediante el uso de algoritmos y diversas fórmulas matemáticas. Para desarrollar este trabajo, los científicos lograron adaptar una red neuronal, previamente desarrollada con la participación del investigador argentino Rodrigo Echeveste durante sus estudios posdoctorales en el Reino Unido, al comportamiento de la corteza visual primaria de una persona con autismo. , cuya cognición tiende a priorizar ligeramente la información situacional obtenida del entorno sobre la información previa adquirida a partir de la experiencia. Debido a esto, la mayoría de las personas con autismo tienden a ser hipersensibles a ciertos estímulos, como luces brillantes o ruidos fuertes.
El doctor en ciencias naturales de la Universidad Goethe de Frankfurt, autor de la red neuronal e investigador retornado del CONICET, Rodrigo Echeveste, en diálogo con el Suplemento Universitario, opinó que el aporte de este trabajo es “tender puentes” entre la fisiología y la percepción, que son dos formas muy diferentes de describir el TEA, “para completar un rompecabezas muy complejo, que es el autismo, del que todavía hay muchas cosas que no sabemos”.
“Lo que mostramos con este modelo es que cuando se producen cambios fisiológicos del tipo que se han observado en el autismo, la red también comienza a percibir el mundo de esta forma, sorteando los estímulos sensoriales y siendo mucho más reactiva a los estímulos intensos. Lo que podemos hacer es mostrar que estas dos observaciones, una teoría fisiológica y otra perceptiva, son consistentes o podrían tener una relación causal entre las dos”, explicó Echeveste.
El equipo de trabajo, integrado por Echeveste, Enzo Ferrante, Diego Milone e Inés Samengo del Instituto Bariloche Balseiro (UNCUYO-CNEA-CONICET), coinciden en que su meta a futuro es poder trabajar con inteligencia artificial en cualquier momento. se vuelven más complejos, pasando del análisis de pequeños detalles de la percepción visual al examen de procesos y tareas cada vez más sofisticados.
Dado el enorme potencial que tiene este tipo de tecnología en las ciencias naturales, Echeveste consideró que “es fundamental que el Estado argentino apueste por el desarrollo de tecnologías para no verse obligado a pagar productos importados”. Además, argumentó que era crucial trabajar el concepto de “justicia algorítmica”, que se refiere a la necesidad de preparar “un examen de la justicia en los resultados que no simplemente coloque a una persona en una mejor situación que a otra”. por su género o por el color de su piel, pero que a todos les funcione igual”.