La suba del dólar y el costo de los insumos internacionales, junto con la menor disponibilidad de mano de obra, han reducido los márgenes en la agricultura, un área que también enfrenta el cambio climático y la sequía que azota al país desde hace más de 10 años.

Este escenario está obligando a las empresas agrícolas a buscar diferentes alternativas para aumentar su eficiencia y productividad, siendo la incorporación de tecnología una de las medidas más efectivas.

En este contexto, la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile (ASOEX) lidera la implementación de un proyecto piloto para digitalizar el conteo de uva de mesa en la Región de Coquimbo. Una iniciativa que involucra a las empresas agrícolas proveedoras de Subsole, la Universidad Católica del Norte (UCN) y Space AG, una startup latinoamericana dedicada al desarrollo de soluciones basadas en inteligencia artificial que maximicen el rendimiento de los cultivos y el uso de recursos críticos como agua, fertilizantes y pesticidas.

“La tecnología es el camino a seguir para impactar positivamente toda la cadena de valor del sector agropecuario, en especial el frutícola, que atraviesa un escenario complejo con márgenes muy bajos”, afirma Cristian Sotomayor, gerente del programa, quien destaca que esta iniciativa tiene muy buenas perspectivas y oportunidades de replicación en otras regiones del país y con diferentes tipos de frutas de exportación.

Más datos y más precisión

Este proyecto tiene como objetivo digitalizar el conteo de uva de mesa a través de inteligencia artificial y mediante el uso de fotos y videos georreferenciados. La tecnología se basa en una aplicación llamada Raptor Fruit, que digitaliza el proceso de recolección de datos en campo, reemplazando el lápiz y el papel.

Los objetivos del proyecto piloto incluyen el desarrollo de un método comprensible para contar las diferentes fases; recopilar grandes cantidades de información en poco tiempo; Simplificar el proceso de conteo al reducir la mano de obra; y aumentar el porcentaje de precisión en las previsiones de cultivos.

“La digitalización del trabajo agrícola será un rasgo diferenciador y competitivo de las empresas agrícolas orientadas a la exportación, y la disrupción tecnológica en la producción de alimentos es el paso que debemos dar hacia una agricultura más eficiente y sostenible”, afirma Paula del Valle, directora país de Space AG en Chile, quien revela que esta tecnología ya ha sido utilizada con éxito en otros países de la región, por lo que está convencida del éxito de este proyecto, que tiene el potencial de ser escalable y reproducible para otro tipo de cultivos como arándanos, aguacates y otras frutas.

Experiencias previas con esta tecnología con arándanos han sido exitosas. Según la información procesada por el laboratorio Space AG del trabajo de campo en un cliente, las pérdidas por no usar este sistema podrían oscilar entre $600 y $10,000 por hectárea dependiendo de varios factores. Y han comprobado que, gracias a la digitalización del proceso de conteo, los márgenes de contribución al cultivar arándanos pueden estar entre el 1,3% y el 14% por hectárea. Se esperan resultados similares para las uvas.

Elegida como una de las diez mejores empresas emergentes en este campo en América Latina en 2020, Space AG ya cuenta con 30 exportadores importantes como clientes, incluidos Driscoll’s, Mission, Hortifrut, Beta y Sunfruits, lo que equivale a más de 1,000 usuarios de desarrollos tecnológicos en Perú. Chile, Costa Rica, Colombia, México y República Dominicana.

Pronosticar, planificar y optimizar

Leonardo Corral, líder del proyecto que se desarrolla con agricultores del Valle de Limarí, asegura que la tecnología está jugando un papel cada vez más importante, sobre todo en la toma de decisiones para una correcta planificación y retroalimentación del proceso productivo.

“Decidimos participar en este proyecto porque sentimos la necesidad de mejorar nuestra gestión técnica y cuantificar nuestros parámetros de producción. Esperamos que los datos obtenidos nos permitan planificar mejor nuestro trabajo y hacer un mejor uso de nuestros recursos, especialmente el agua”.

Este proyecto financiado por Corfo, con una duración de un año ampliable a tres años, tiene como objetivo impulsar la transformación digital en el sector frutícola chileno para enfrentar los desafíos del sector en las áreas de calidad, uso de agua y recursos y implementación de los mejores estándares de producción.

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