“La tecnología es política, y ambas pueden ser feministas. “María LAB
El tiempo actual alberga impulsos contradictorios. Simultáneamente, una nueva ola de feminismo está prosperando, conquistando los derechos de las mujeres, y la cuarta revolución industrial, que está desplazando constantemente a diversos perfiles de la industria tecnológica. Hoy conviven el feminicidio y la brecha salarial en la industria del software; romper techos de cristal y reducir el número de mujeres en los trabajos del futuro; la lucha por la igualdad de género y el uso de la inteligencia artificial (IA). En este contexto surge mi interés de preguntarme: ¿cuál es el panorama de la igualdad de género y la inteligencia artificial?
volvamos La cuarta revolución industrial aún no ha estallado. Corre el año 2008 y el Foro Económico Mundial (FEM) afirma en su primer Informe Global sobre la Brecha de Género que “ningún país del mundo ha logrado aún cerrar la brecha de género”. Quince años después, a pesar de la información y la decidida acción por la igualdad, las cosas no han mejorado. Como mujer en el ecosistema de la IA, examiné con interés la brecha de género en la sección Empleos del mañana. Allí, el WEF afirma que la participación global de mujeres en roles de ciencia de datos e inteligencia artificial apenas ha alcanzado el 32,4% y ha disminuido un 0,1% desde 2018. Inevitablemente pensando, ¿dónde está todo el esfuerzo por empoderar a más niñas y mujeres en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (o STEM por sus siglas en inglés)? ¿Qué está pasando en América Latina?
De esto se trata la investigación que desarrollé en la Universidad de Cambridge y recientemente publicada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como parte de su iniciativa GuiA. GuiA es un proyecto colaborativo del Centro de Estudios en Tecnología y Sociedad de la Universidad de San Andrés, Latam Digital Center y el BID como parte de su iniciativa fAIr LAC. La iniciativa busca comprender si se ha logrado un vínculo efectivo entre los principios éticos y los derechos humanos en el diseño y uso de tecnología basada en IA en la región. Me gusta pensar que es una extensión de lo que hay en el vestíbulo de la Escuela de Negocios de la Universidad de Cambridge; una provocación a “usar el poder de la ciencia para el mundo real”.
En este análisis, junto a mi coautora Tatiana Telles, descubrimos que la limitada participación de la mujer en las profesiones del futuro requiere un análisis profundo para identificar sus causas. Los desarrollos y promesas recientes de la IA representan una oportunidad única para evaluar las brechas y desigualdades de género en la región. La falta de iniciativas coordinadas para promover la diversidad en la fuerza laboral en el ecosistema del mercado laboral de inteligencia artificial en América Latina puede no ser per se una consecuencia de la falta de una perspectiva de género y diversidad.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral para la IA representa una oportunidad perdida para dar un paso más y desarrollar leyes, políticas e iniciativas conscientes que pretenden ser un paquete integral en lugar de un cambio. El texto concluye con recomendaciones de políticas para las empresas, el gobierno, la academia, la sociedad civil y, especialmente, las mujeres en el ecosistema de la ciencia de datos y la IA. Es un primer borrador para mapear cuánto necesitamos hacer desde todas las trincheras para una IA más diversa.
Los invito a leer la segunda edición de GuIA, un intento de brindar un análisis del impacto de la IA en diferentes áreas, que complementa mi texto Igualdad de Género e Inteligencia Artificial en América Latina: Un Panorama para la Diversidad de la Fuerza Laboral de la IA en la región”. La vida es irónica, el estudio fue publicado en ICT en el marco del Día Internacional de las Niñas y puede descargarse en projectguia.lat. El resultado de mi investigación me dejó con asco en la boca y al mismo tiempo como el optimista lo que soy, una provocación a lo mucho que debemos hacer Un buen momento para recordar a Dickens: “Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos”.
Especialista en política tecnológica.
@LauraReyna