La inteligencia artificial es una herramienta de calidad de vida que los Emiratos Árabes Unidos están utilizando de manera responsable, dice Omar bin Sultan Al Olama, el Ministro de Inteligencia Artificial de los Emiratos Árabes Unidos.

En 2017, los Emiratos Árabes Unidos se convirtieron en el primer país en establecer un ministerio de inteligencia artificial (IA).

Las consideraciones de “calidad de vida” son cruciales, dice Omar bin Sultan Al Olama, quien continúa enfatizando la importancia del compromiso “sostenible” que puede tener un impacto de décadas.

“Vemos la IA como una herramienta”, dice a la AFP en una entrevista en Dubái. “Es una herramienta que debemos usar para desbloquear la calidad de vida”, agrega.

Este pequeño pero próspero país de la Península Arábiga define este sector como una rama de la tecnología que permite a los sistemas “pensar, aprender y tomar decisiones como humanos”, con aplicaciones que van desde la virología hasta el transporte.

“Sí, la ganancia económica es algo que todos los países quieren, y nosotros también”, dice Olama.

Pero “queremos asegurarnos de que el desarrollo, despliegue y uso de la IA sea responsable”, enfatiza.

Olama tenía solo 27 años cuando recibió esta cartera en 2017, encargada de ejecutar la estrategia del país petrolero en un espacio que abarca todo, desde el reconocimiento de voz y facial hasta el comercio y los automóviles autónomos.

Su objetivo es convertirse en una de las naciones líderes en inteligencia artificial para 2031, creando nuevas oportunidades económicas y comerciales y generando hasta 335 mil millones de dírhams ($ 91 mil millones) en crecimiento adicional.

En Medio Oriente, casi el 14 por ciento ($ 96,000 millones) del producto interno bruto del país provendrá de inteligencia artificial para 2030, según la consultora PwC.

“EAU es el único país que ha designado a una persona específica para supervisar seriamente este mandato”, señala Olama.

– taxis sin conductor –

Esta rica nación del Golfo ha invertido mucho en tecnología durante la última década para diversificar su economía y reducir su dependencia del petróleo.

Sus apuestas incluyen vehículos sin conductor. Los taxis autónomos ya se están probando en la capital, Abu Dabi, y Dubái, otro de los siete emiratos del país, pretende tener una cuarta parte de su flota de transporte sin conductor para 2030.

Otro eje pasa por la creación de incubadoras, programas de formación o la inauguración el año pasado de la Universidad de Inteligencia Artificial Mohamed bin Zayed, considerada la primera universidad del mundo dedicada a este sector.

Sin embargo, este desarrollo ha ido acompañado de preocupaciones sobre los altos niveles de vigilancia en los Emiratos Árabes Unidos, que en 2019 negaron los informes de que habían utilizado una popular aplicación telefónica para el espionaje estatal.

Para Olama, una gran parte de su trabajo es inspirar confianza pública y evitar errores costosos al adoptar sistemas basados ​​en IE.

“Significa que no hay controversias sobre el despliegue”, explica Olama. “Eso significa que estamos enfocados en implementarlo ahora, pero de una manera que asegure que no tenga un impacto negativo en las generaciones futuras”.

– “Elemento del Miedo” –

Un paso clave en el proyecto es explicar adecuadamente la inteligencia artificial a la alta dirección para ‘desmitificar’ esta tecnología y reducir ‘el elemento de miedo’.

“Si estás lidiando con algo que no entiendes, habrá un aspecto de miedo involucrado, es la naturaleza humana”, dice.

“Un programa se enfoca en capacitar a altos funcionarios del gobierno para que entiendan qué es la IE, entiendan el dilema ético, entiendan cuáles son los buenos y los malos usos y cómo eliminamos los prejuicios”, explica.

Los EAU también tienen la ambición de convertirse en un actor importante en otros campos de la ciencia y la tecnología, enviando a su primer astronauta al espacio en 2019 y lanzando una sonda en 2020, que se lanzó a la órbita de Marte un año después.

Este mes, el país anunció una estrategia económica digital para que este sector aporte 20% al PIB en 10 años.

“No creo que vaya a haber una economía en el mundo en los próximos 25 años que no dependa de lo digital para la mayor parte de su actividad económica, y la inteligencia artificial es un gran componente de eso”, dice Olama.

“Y también creo que no hemos visto el impacto real de la IA en la economía”, advierte.

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